En este vídeo podemos ver a dos chicos molestos comiendo ruidosamente en una biblioteca… ¿Quién dijo que en las bibliotecas había que guardar silencio? ¿O que no se podía comer?
Desde luego, los protagonistas de este corto consiguen lo que querían: molestar… hasta el punto de que la situación es tan surrealista que sus compañeros de la biblioteca no pueden aguantarse la risa.
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